Las doce religiosas que habitan el convento de clausura de Santa Clara de Belalcázar, el considerado segundo monumento más importante de la provincia tras la Mezquita Catedral, celebraron el pasado domingo, por segundo año, el día del dulce conventual, donde, con la colaboración de vecinos del pueblo, pusieron a la venta delicias de almendra, yemas, trufas, pastelitos de aceite de oliva, claritas de nuez, magdalenas, mazapanes, flores de almendra o roscos de aceite de oliva.
Todo elaborado por sus sabias manos de confiteras con el fin de reunir fondos para el mantenimiento de este monasterio fundado en 1476 por doña Elvira de Zúñiga. Durante la jornada también hubo actuaciones musicales, se mostraron fotos antiguas del lugar, los asistentes pudieron desayunar en el antiguo refectorio y se llevaron a cabo visitas guiadas al claustro principal, la sala capitular, la de las columnas, el patio de la huerta y por primera vez se mostró al público la antigua celda de sor Felipa de la Cruz con sus impresionantes artesonados.
La abadesa, sor Isabel, se mostró agradecida por la amplia afluencia de público y recordó que tienen de forma permanente puestos a la venta sus dulces "muy demandados ahora por la Navidad", a la vez que explicó que están encantadas de mostrar el convento a los visitantes que suelen acudir especialmente los domingos, un lugar también de retiro espiritual.
Público durante la visita guiada.
Los voluntario vendieron los dulces de las religiosas.
Exposición de fotos antiguas en la Sala del Barco.
Imagen del convento en los años 40.
Bordado de gran valor en la celda de Sor Felipa de la Cruz.
Artesonado en la antigua estancia de Sor Felipa de la Cruz.
Claustro interior del convento.
El huerto del monasterio.
Patio de la zona cedida al Ayuntamiento.
Huerto exterior.
Otra de las estancias del monasterio.
La iglesia.
Antiguo refectorio.
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