Tenía muchos atractivos el Día del Dulce Conventual que por vez primera organizaron este pasado domingo las clarisas, con la abadesa, sor Isabel, al frente, y para lo que contaron con personas voluntarias que se encargaron de vender los dulces o atender la barra solidaria.
Por el convento de Santa Clara de la Columna de Belalcázar se fueron acercando a lo largo del día centenares de personas llegadas desde distintos puntos que, gracias a los guías de Tureventos, tuvieron el privilegio de adentrarse en algunas estancias de este convento fundado en 1476 por doña Elvira de Zúñiga, el segundo monumento religioso más importante de la provincia tras la Mezquita-Catedral.
Con la música en directo de Fray David Ortiz se pudo recorrer la iglesia, el claustro principal, la sala capitular, el refectorio, la casa de oración donde se realizan retiros, la sala de las columnas o el antiguo dormitorio alto. Sor Isabel se mostró feliz por la acogida del público a sus famosos dulces, "naturales y sin conservantes", como los repelaos , siguiendo una receta que data desde la fundación del convento; bocaditos y roscos de almendra, pasteles de gloria, yemas, trufas o magdalenas. Mientras, en la sala del barco se mostraron las creaciones de pintura, talla y fotografía de artistas locales y de la residencia de artistas La Fragua, hubo actuaciones musicales y hasta estas religiosas de clausura, a las que agradecemos que aceptaran nuestra petición y posaran en grupo, se sumaron con sus cánticos.
Algunos de los exquisitos dulces.
El domingo se vendieron tantos dulces que algunos se agotaron.
Voluntarias atendiendo el puesto de venta.
Anuncio colocado en la entrada del convento.
La monumental iglesia donde descansan los restos de los nobles vinculado al convento.
Grupos para las visitas guiadas.
Recibiendo las explicaciones de Carlos Quintana de Tureventos.
De manera excepcional una de las hermanas explicando la labor que llevan a cabo.
Un avance del belén que las clarisas completarán estos días, con la Virgen de Guadalupe al fondo.
A ambos lados San Francisco y Santa Clara y en el centro Jesús de la Columna.
Un detalle del bello coro de la iglesia.
Pasear por este convento evoca tiempos pasados y personajes de leyenda.
El huerto interior junto al conventito de las hermanas.
Acceso a la Casa de Oración dónde tantos retiros se llevan a cabo.
El acceso al convento desde dentro.
Vestuario de El Halcón y la Columna cedido por el Ayuntamiento para la ocasión.
Techo de la famosa sala del barco invertido.
Una de las obras montadas para la ocasión por La Fragua.
Pintura de Damián Flores.
El patio de la huerta de acceso público y que está cedido por las clarisas al Ayuntamiento y por éste a su vez a la residencia de artistas La Fragua.
Algunos visitantes buscando el sol en una fría mañana.
Antiguos dormitorios al término de un concierto de música medieval.
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