Para hacer la representación más fiel, los hombres se encargaron del despiece del cerdo y las mujeres asumieron el adobo y la preparación de los embutidos. El día comenzó con un desayuno matancero y continuó a las doce con la llegada a la plaza de Los Pedroches, de un cerdo ibérico de bellota de 20 arrobas, es decir más de 200 kilos.
Las actuaciones de Alcaria y del grupo de jotas Jarales animaron la jornada en el patio del Museo de la Matanza. En la zona de puestos de venta se ofrecían desde chorizo hasta artesanía.
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