Segundo y último festejo de la Feria de Pozoblanco. Corrida mixta de rejones y torero a pie que comenzaba con sol pero que se tornó a cubierto y hasta llovió. Las gotitas que comenzó a notar el público en el tendido se convirtió en lluvia en el quinto de la tarde, obligando por un rato a los espectadores a refugiarse en la zona cubierta y a otros -los pocos- a abrir los paraguas.
Media entrada. La Banda Municipal de Música de Pozoblanco volvió a abrir la tarde interpretando en el ruedo un bonito pasodoble. Durante su actuación sonó el dedicado a Iván Fandiño, compuesto por Abel Moreno y estrenado por la Banda pozoalbense en Peñarroya en junio del 2014.
Toros de La Castilleja para rejones y de El Tajo y La Reina para lidia a pie.
-Leonardo Hernández, oreja y oreja.
-Manuel Escribano, ovación y ovación tras petición.
-Iván Fandiño, ovación y oreja.
Iván Fandiño se jugó la vida sin trampa ni cartón frente al áspero sexto, que transmitió emoción al tendido. El diestro de Orduña demostró al principio su entrega al descalzarse y realizar toda la faena descalzo y hasta el toro le alcanzó provocándole una fea voltereta sin mayores consecuencias. Fandiño cuajó a base de temple el sexto, toreándolo muy despacio y con enorme profundidad. La oreja que cortó tras dos pinchazos se antojó premio escaso para un importante faenón. El tercero no se entrego en ningún momento pero Iván Fandiño hizo un esfuerzo por tratar de sacarle faena a un astado que tuvo complicaciones. Mató de buena estocada y saludó una ovación.
A pesar de su voluntad, Manuel Escribano no pudo sacar rédito del segundo, un flojo y manso astado con el que poco pudo hacer. Dejo una estocada entera y saludó una ovación. El quinto tuvo movilidad pero fue soso en sus embestidas.Lo recibió con largas cambiadas antes de protagonizar un espectacular tercio de banderillas. Comenzó a llover en la faena de muleta y a pesar de que se dio un arrimón, el público vivió con frialdad la faena y aunque hubo petición, el presidente no concedió el trofeo.
Leonardo Hernández cortó una oreja del toro de La Castilleja que abrió plaza. Brillante con Amatista y después con Verdi haciendo un rejoneo muy puro y con autenticidad. Una rueda de cortas remató una importante actuación que coronó de rejón en lo alto. Mucho mérito tuvo su actuación frente al parado cuarto, al que se impuso para cortarle otro trofeo que le abría la puerta grande.
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